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Type de textesource
TitreArte de la pintura
AuteursPacheco, Francisco
Date de rédaction
Date de publication originale1638
Titre traduit
Auteurs de la traduction
Date de traduction
Date d'édition moderne ou de réédition1956
Editeur moderneSánchez Cantón, Francisco Javier
Date de reprintMadrid, 2 volumes.

, p. 136 (numéro t. II)

¿ Hallaremos acaso algún pintor antiguo que se inclinase a estas cosas ordinarias y de risa ? Parece que sí ; pues Plinio hace mención de uno llamada Dionisio, por sobre nombre Antropógrafo, que pintó, solamente, figuras con nombre jocoso, y entre ellas un hombre notable que se decía Grilo, en hábito ridiculo, de donde nació que a este género de pintura la llamasen de allí adelante grilo. [[4:suite : Piraicos riparographe]]

Dans :Antiphilos et le Gryllos ; Calatès, Calliclès et les tableaux comiques(Lien)

(I, 6), t. I, p. 105

Pintó, asimismo prudentemente, el retrato del rey Antígono, que era ciego de un ojo, y por encubrir la falta lo hizo de medio perfil por la parte que no tenía defeto, para que lo que faltaba al rey no lo descubriese su pintura.

Dans :Apelle, le portrait d’Antigone(Lien)

(t. II), p. 156

Tuvo, como todos los grandes artifices, grandes competidores, pero apeló dellos a las bestias, y pintó un caballo, entre los que ellos habían pintado, a que sólo relincharon los caballos vivos, con que desmintieron a sus émulos.

Dans :Apelle, le Cheval(Lien)

(t. I), p. 479

[...] porque la facilidad en obrar sin atención y estudio, la tiene introducida la miseria y pobreza, y como por esta parte la pintura no puede tener calidad, suplen con la cantidad esta mengua, haciendo muchos cuadros en el tiempo que se debe dar uno. Esta inconsiderada destreza reprendió Apeles cuando uno destos, confiadamente, le mostró una pintura, y le encareció la brevedad, diciéndole: “Aunque callaras, tu obra dice cuán presto la has pintado.”

Dans :Apelle et le peintre trop rapide(Lien)

(I, 6, t. I), p. 103

Era agradable en la conversación, y muy grato a Alexandro Magno, que venía muy de ordinario a su obrador a entretenerse; y, tal vez, disputando imperitamente de la pintura, Apeles con agradable y cortés modo le dixo: que mudase su Majestad la plática, porque no diese ocasión de reirse a los muchachos que molían los colores; tanta fué la autoridad de Apeles con Alexandro. 

Dans :Apelle et Alexandre(Lien)

(I, 6, t. I ), p. 104

Fué Apeles benigno con sus émulos, y el primero que hizo que Protógenes fuese estimado en Rodas; porque habiendo tenido competencia con él, conoció su gran valor. En la privanza que, como se ha dicho, tuvo con Alexandro, alcanzó aquella singular merced de prohibir que no le retratase otro, por ser el más insigne de su tiempo.

Dans :Apelle et Alexandre(Lien)

(I, 6, t. I), p. 103-104

Honrólo de manera que, habiéndole mostrado la más hermosa de sus amigas para que la retratase, sintiendo que Apeles se había aficionado della, se la entregó; que no fué la menor de sus vitorias.

Y porque este hecho refirió galanamente el licenciado Enrique Duarte en un soneto, será justo honrar con él mi discurso:

Amira Apeles de Campaspe bella

la perfeción divina, l’áurea frente,

la púrpura que invidia el roxo Oriente,

cándida nieve, y una otra estrella.

Desta suave luz una centella

vibró en su pecho amor con rayo ardiente. 

Arde felice; y al rigor que siente,

tiembla la mano, y el pincel en ella.

El Griego héroe, que igual incendio mira

al fiero que padece de sus glorias,

padioso, y de su dulce bien se priva.

Tu fama, ínclito joven, siempre viva,

Magno por tantos triunfos y vitorias:

mayor por ésta, que a celeste aspira.

Dans :Apelle et Campaspe(Lien)

(I, 1, t. I), p. 19-20

Y porque parece casi imposible que un hombre solo pueda saber todo esto, solía el prudentísimo Apéles, despues que avia pintado alguna cosa, la qual quería que fuese perfecta, ponerla en público y asconderse, atendiendo a lo que se juzgaba de la proporción y arte de su pintura; y segun que cada uno hablaba de aquellas cosas de que tenía conoscimiento y práctica, así la iba reformando; y, por el contrario, refutaba el juicio de aquellos que querían jusgar de las partes que no pertenecían a su profesión, como hizo al zapatero, que no contento de haber discurrido acerca del calzado de una figura, quería hacer juicio de otras cosas, diciéndole: Ne sutor ultra crepidam. El zapatero no debe jusgar más que del calzado. 

Dans :Apelle et le cordonnier(Lien)

(t. II), p. 165-166

Sobre este fundamento vemos que, siendo Apeles tan insigne en la pintura, la ponía a vista de todos, para ser advertido en aquello de que el que miraba podía ser juez; y, así, admitió el parecer del zapatero, en cuanto habló en la propiedad del calzado, como se ha dicho, pero, viéndole tomar más licencia y entremeterse en lo que no entendía, lo reprenhendió.

Dans :Apelle et le cordonnier(Lien)

(III, 9), t. II, p. 155-156

[[7:voir le reste dans Apelle nimia diligentia]] Da Apeles refiere Plinio, que [...] habiendo buscado y vencido a Protógenes en la sutiliza y primor de las lineas de diferentes colores primera y tercera vez (como lo confesó el mismo Protógenes).

Dans :Apelle et Protogène : le concours de la ligne(Lien)

(t. I), p. 261

La formación de las imágenes, o ideas, camina por los pasos que diré: canto se ofrece a los ojos envía de sí especies a la vista, que forma imágenes de los objetos presentes; lo mesmo hacen los otros sentidos exteriores, si bien no se vale el pintor más que de lo que entra por los ojos: que como no imita sino con líneas y colores, no puede imitar sino lo visible. Y aunque Plinio dice que pintó Apéles lo que no se puede pintar, relámpagos y rayos, no se pintaron sino en la forma que son visibles; el relámpago con luz escasa, el rayo con fuego y humo. A este modo, cuando el artifice pinta la historia o caso que oyó, es debaxo de aquella forma que se dexa ver.

Dans :Apelle et l’irreprésentable(Lien)

(III, 9), t. II, p. 155-156

Da Apeles refiere Plinio, que era tan noble que reconocía ventaja en Anfion en cuanto al disponer y en Asclepiodoro, en las medidas; y con ser el mayor pintor de su tiempo y no igualalle ninguno en la hermosura y gracia de la pintura, que los griegos llaman charis y, habiendo buscado y vencido a Protógenes en la sutiliza y primor de las lineas de diferentes colores primera y tercera vez (como lo confesó el mismo Protógenes), sabiendo que daba sus obras por poco precio, le ofrecio por una cincuenta talentos, con que movió a los rodianos que le estimasen y premiasen sus pinturas de allí adelante; y no paró en ésto, pues reconoció que le igualaba Protógenes en todo, menos en que no sabía levantar la mano de la pintura, mostrando que, tal vez, daña la muncha diligencia. 

Dans :Apelle et la nimia diligentia(Lien)

(I, 6), t. I, p. 102

Ya se dicho (a otro propósito) que Candaule, rey de Lidia, compró a peso de oro una tabla de mano de Bularco, donde estaba pintada la guerra de los Magnetes. Tambien el rey Attalo compró por seis mil sestercios otra pintura de Baco de mano de Aristides, y otra por cien talentos. Pero no quiso Nicias ateniense (como dice el mesmo autor en otra parte) venderle una tabla de su mano a este propio re, ofreciéndole por ella sesenta talentos, porque era hombre poderoso y rico, y gustó antes de presentarla a su mesma patria.

Dans :Bularcos vend ses tableaux leur poids d’or(Lien)

(I, 2), t. I, p. 31

Pero todos concuerdan (dice Plinio) en que fué primeramente imitada de la sombra del hombre. Y es conforme a la opinión de Atenágoras, aunque difiere en los inventores. La adumbración, dice, inventó Surias, sámio, cubriendo o manchando la sombra de un caballo, mirado a la luz del sol. La pintura (esto es los perfiles) inventó Craton, lineando en una blanca tabla la sombra de un hombre y de una mujer, con diferencia y distinción. Y la coroplástica (que est l’arte del vaciar) inventó Cora y su padre Dibutades, sicyonio. Esta, amando un mancebo y habiéndose de partir, la noche antes dibuxó la sombra que causaba dél la luz del candil en la pared, y su padre labrando en fondo dentro de aquellas lineas, hinchó el espacio de barro, y salió una figura que despues coció.

Dans :Dibutade et la jeune fille de Corinthe(Lien)

(t. II), p. 132

Acreciéntase a esto la vistosa pintura de diferentes naves y armadas en que fue destrísimo Enrique Vrom, flamenco, de quien se cuenta que, siendo rico mercader y perdiéndose su haciensa en su presencia, en un naufragio, se dio a pintar navíos y tormentas y salió el más famoso de su tiempo en este parte y, port al, acompaña su retrato a los famosos pintores de Flandes. No se olvidó deste género de pintura la venerable antigüedad, pues Ludio fue el primero que halló, con alegrísimo modo, el pintar villas, pórticos y lugares ornados de árboles y jardines, selvas y collados, pesquerías, rios, aguas, batallas y todo que se podía desear deste género en que se vían varias formas de los que navegaban, o caminaban, por mar y tierra, sobre naves, carros y caballos ; quién pescaba, cazaba o vendimiaba, y otras muchas cosas, si bien para que los pintores aspiren a cosas más altas, concluye Plinio con estas graves palabras : « Mas, poca gloria tuvieron estos artífices respeto de los que pintaron tablas, que estos alcanzaron mayor reverencia entre los antiguos » ; y, añade : « ni habia en las paredes pintura de Apelez (sic) ni se agradaba de pintar en ellas ».

Dans :Ludius peintre de paysages et la rhopographia(Lien)

(I, 1), t. I, p. 14-15

Mas, porque de las artes algunas son liberales y algunas mecánicas, no será fuera de propósito tocar brevemente a cuáles dellas artes deba ser anumerada la pintura. Esta cuestión, si con autoridad hubiese de ser decidida, presto se determinaría ; porque Plinio, hablando de Panphilo pintor, dice que, en Cicion (cuidad principal del Peloponeso, que hoy llaman la Morea), y despues en Grecia, la arte del dibuxo (que era la parte de pintura que estaba entonces descubierta) vino a recevirse en el primer grado de las artes liberales, y siempre tuvo esta honra de que los nobles la exercitasen, prohibiéndose pore dito perpétuo que se enseñase a esclavos. Y adviértase que esto no se introduxo por costumbre de bárbaros, sino por ley, entre la gente más docta de cuantas ha habido en el mundo. Lo mesmo siente Platon[[1:Platon, 10 et 5 de Repub.]], y Aristóteles[[1:Arist. 8. Polit. C. 1]] muestra claramente que en su tiempo la arte del dibujo se tenía por liberal ; y otros muchos autores son de esta opinión.

Dans :Pamphile et la peinture comme art libéral(Lien)

(II, 2, t. I), p. 284

[[4:suit Timanthe Iphigénie]] Parrasio, tambien ilustre pintor de aquella edad, hizo dos figuras, una de las cuales habiendo contendido y peleado, parecía que sudaba, y la otra se desarmaba y mostraba claramente que estaba anhelando.

Dans :Parrhasios, les Hoplites(Lien)

(II, 10, t. II), p. 461

Porque hasta en la antigüedad hubo esta diferencia entre los artífices ; porque Plinio hace mención de un pintor llamado Piereico, que lo fué de cosas humildes (pero en aquel género de mucha fama), pintaba barberías, tiendas de oficiales, animales, yerbas e cosas semejantes, de donde le llamaron riparógrafo ; pero fueron muy estimadas y premiadas sus obras ; que era como los que en este tiempo pintan pescaderías, bodegones, animales, frutas y países : que aunque sean grandes pintores en aquella parte, no aspiran a cosas mayores, con el gusto y facilidad que hallan en aquella acomodada imitación y así, las republicas y reyes no se valen dellos en las cosas más honrosas y de mayor majestad y estudios, y no les hace mucha falta la hermosura y suavidad, aunque el relievo sí.

Dans :Piraicos et la rhyparographie(Lien)

(III, 8, t. II), p. 136

[[6:Chapitre sur les bodegones.]] ¿ Hallaremos acaso algún pintor antiguo que se inclinase a estas cosas ordinarias y de risa ? Parece que sí ; pues Plinio hace mención de uno llamada Dionisio, por sobre nombre Antropógrafo, que pintó, solamente, figuras con nombre jocoso, y entre ellas un hombre notable que se decía Grilo, en hábito ridiculo, de donde nació que a este género de pintura la llamasen de allí adelante grilo. Y, en mesmo lugar, también Pireico pintó cosas humildes, como barberías, tiendas, comidas y cosas semejantes, por lo cual le pusieron por nombre riparógrafo ; estas pinturas causaban gran deleite y en esta parte alcanzó el artífice summa gloria.

Dans :Piraicos et la rhyparographie(Lien)

(I, 6), t. I, p. 101

Ya se sabe lo que pasó al Rey Demetrio que, teniendo cercada, a la cuidad de Rodas, y pudiendo tomarla con poner fuego en la parte donde estaba una pintura de Protógenes, quiso antes perde resta ocasión que quemar la pintura, conservando en medio de un furor bélico la obra de un tan insigne artifice. Y no paró aquí su liberalidad, porque hallándose en aquella sazón Protógenes fuera de los muros de la cuidad, cerca del real de los enemigos, en un güerto suyo entretenido en su pintura, sin ser parte el rumor y estruendo de la guerra para perturbar la quietud de su ánimo, ni dexar la obra comenzada, y dando sobre él de repente los soldados y lletaba ante el Rey, pregúntale, con qué seguridad estaba fuera de los muros de la ciudad ; respóndele, que bien sabe que tiene guerra contra los Rodianos, pero no contra la arte. Alégrase el Rey, y tiene por gloria poder conservar aquella mano que había ya perdonado. Y poniéndole una escuadra de soldados de guardia, venía a visitarle frecuentemente, mientras se combatía la ciudad, estimando por agradable entretenimiento verle pintar.

Dans :Protogène et Démétrios(Lien)

(II, 12), t. I, p. 494-495

Mas, recogiendo lo que hemos dicho, si l’arte es un hábito del entendimiento, y tiene todas las razones de su parte, y la fortuna no tiene razón niguna, sino que obra por accidente, porque dice Aristóteles en el 6 de las Éticas, alegando el verso de Agaton, « la arte ama la fortuna, y ella la arte ». Algunos creen que el verso de Agaton se debe entender y referir por los pintores, que no pudiendo (como se ha dicho) hacer alguna cosa con arte, la hicieron acaso, como se lee en Plinio y en Valerio Máximo. Pongamos el lugar de Plinio a la letra, y responderémos a él ; hablando de Protógenes, dice : « Pintó un pero maravilliosamente hecho de l’arte y del caso. Porque pareciéndole haberse satisfecho en todo, no podía pintar la espuma procedida del cansancion, porque procuraba que no pereciese pintada, y deseaba lo verdadero y no lo verisimil, y mudaba una y otra vez los colores enxugando el pincel ; finalmente, airado contra l’arte, refregó la esponja con que limpiaba los pinceles de varios colores en la pintura, y acaso por la mescla que tenía hizo lo que él deseaba, y po resto la fortuna obró en su pintura lo natural que él procuraba ». Y más abaxo : « Lo mesmo sucedió a Nealte (sic) en la espuma de un caballo ; a quien favoreció tambien la fortuna ». Hasta aquí Plinio.

Parece que este suceso defiende la opinión de que se suele acertar acaso ; pero no tiene fuerza alguna ; pues sin duda le sería más fácil a Protógenes pintar un perro que pareciese vivo, que formar la espuma que le salía de la boca, porque para la forma de un animal se había de ayudar de la naturaleza y de la arte con sus precetos, y para pinar la espuma bastaba una simple imitación de lo natural ; y la espuma del animal, aunque no la tuviera presente, la podía artificiosamente contrahacer o fingir ; pues hay poca diferencia de una espuma a otra, siendo toda blanca, y para la viveza de su pintura no era esto lo esencial. Y a mi, no siendo Protógenes (recíbase esto con más humildad que suenan las palabras), no me diera tanto cuidado la espuma como el perro. Además, que es imposible que una esponja teñida en varios colores pueda formar una espuma blanquísima, porque había de hacer un jaspe variado ; y cuando estuviera manchada de solo blanco, tampoco podía con ella hacer la espuma con el imperio y gallardía que con el pincel : la salva que me parece más digna de la veneración deste lugar, es (a mi juicio) estar esta tan nobilísima arte en sus principios y no haber llegado en la experiencia y execución de muchas cosas menores a su perfeción, aun en los hombres de tan gran opinión ; porque no sujetar un famoso artífice cosa tan fácil, no se puede créer aún de los medianos deste tiempo. Ni hay que argüir en Plinio que como historiador refiere el caso, que en muchos lugares deste libro de la pintura es admirable y digno de ser creido.

Dans :Protogène, L’Ialysos (la bave du chien faite par hasard)(Lien)

, « De la órden, decencia e decoro que se debe guarder en la invencion » (numéro II, 2) , t. I, p. 283-284

Cuanto al órden, es necesario que el pintor vaya disponiendo el suceso de la historia que pretende pintar, con tanta prioridad, que los que la vieren jusguen que non pudo suceder de otra manera de como él la pintó. Ni ponga lo que fué antés, después, ni lo que fue después, antés, sino, ordenadamente, las cosas como pasaron. Esto mesmo enseña Aristoteles en su poética a los escritores de comedias y tragedias ; por esto Timantes, uno de los famosos pintores antiguos, pintó a Efigenia, hija de Agamemnón (de quien Euripides compuso una famosa tragedia) delante del altar donda espereba ser ofrecida en sacrificio a Diana, y habiendo el pintor espresado en los rostros de los circunstantes, diversamente, la imagen del dolor, incierto de poderla dimostrar mayor en el semblante del afligido padre, hizo que él mesmo se cubriese con el canto de la vestidura; observando admirabilmente la conveniencia, porque siendo padre la parecía no poder sufrir ver con sus proprios ojos la muerte de su querida hija. Parrasio, tambien ilustre pintor de aquella edad, hizo dos figuras, una de las cuales habiendo contendido y peleado, parecía que sudaba, y la otra se desarmaba y mostraba claramente que estaba anhelando. Estos dos exemplos de antiguos pintores bastan para mostrar de cuanta importancia sea la propriedad en la invencion, porque de ahì se derivan todas las buenas partes de debuxo. Y no dexaré de decir adelante de algunos pintores modernos.

Dans :Timanthe, Le Sacrifice d’Iphigénie et Le Cyclope (Lien)

(III, 9), t. II, p. 156

Timantes que tan prudentemente se hubo en el Sacrificio de Efigenia, cubriendo con el velo el rostro del doloroso padre por no poder expresar la grandeza del sentimiento, suceso que tocó, elegantemente, Bartolomé Leonardo de Argensola en la mejor de sus obras [[1:Elegia a la muerte de Conde de Galves]] :

Estienda Euterpe el ingenioso velo

con que antiguo pincel en igual caso

nos descubrió el paterno desconsuelo.

Dans :Timanthe, Le Sacrifice d’Iphigénie et Le Cyclope (Lien)

(I, 4), t. I, p. 72

Resta ahora ver cómo la pintura es aparente y engaña; y lo que halla el tacto en la escultura, y cómo pertenece al rilievo la vo y las demás acciones. No puede la escultura a solas, sin la vida de la pintura, engañar (porque se ve la matería de que es formada) ni aun a los animales; y pienso que si alguna vez lo ha hecho ha sido estando ayudada del pintor con el color natural de las cosas. La pintura a solas sí puede hacer estos engaños a la vista, que es admirable excelencia, como hizo Zeusis engañando las aves con las uvas, y Apeles con el caballo, y Parrasio con el lienzo, y otros munchos modernos, obligando a los animales y a los hombres y a los grandes artífices a hacer sentimiento a su modo.

Dans :Zeuxis et Parrhasios : les raisins et le rideau(Lien)

(II, 9), t. I, p. 471

Y comenzando por los primeros y más antiguos, colígese con evidencia de los casos raros, sucedidos a estos artifices, que refiere Plinio y otros autores, que el modo de pintar de Apeles, Protógenes, Parrasio, Zeuxis y los demás era acabado como lo es el natural, pues los engaños que de la vista de sus obras sucedieron fueron de cerca y no de lejos; y que no eran sus pinturas a borrones ni confusas; porque claro es que para engañar los páraxos y obligarles a picar las uvas, si de muy cerca no lo parecieran, fuera disparate hacernos creer cosas semejantes; y que Zeuxis dixo a su competidor Parrasio levantase el lienzo, o él lo fuese a levantar, teniendo el pintado por natural, pareciéndole que debaxo de aquel velo estaba la pintura, lo cual era imposible si no estuviera muy determinado y dulcemente colorido; contienda que, a mi ver, escribió gallardamente el doctor Enrique Vaca de Alfaro (cuya temprana muerte nos privó de mayores cosas) en éste:

Prudo el pintor de Eraclia, en ingenioso

certámen, ablatir al fiel modelo

de las ópimas uvas, en su vuelo

escuadrón de avecillas numeroso;

Mas a idea tan diestra, a tan glorioso

pincel burló, engaño, mentido velo,

que seca tabla, no estrellado cielo

ni bosque de Diana cela umbroso.

La vitoria se arroga dignamente

el efesio pintor, ni se la niega

el culto Zeuxis, de su patria gloria;

Pues vencer al artifice prudente,

más que de torpes aves copia ciega,

digno es de fama, digno es de memoria.

Dans :Zeuxis et Parrhasios : les raisins et le rideau(Lien)

(III, 8), t. II, p. 238

No lo sucedió así a Zeuxis cuando pintó el muchacho que llevaba unas uvas sobre la cabeza, a las cuales volaban a picar los páraxos, por donde, airado contra su obra, dixo: “Mejor he pintado las uvas que el muchacho, porque, si estuviera perfeto, las aves tuvieran miedo de llegar a éllas”. Bien se vee por este hecho cuán impacientemente llevan los grandes pintores que los que miran sus cuadros reparen y celebren las cosas menos importantes y se olviden, por las niñeras, de lo principal. Cuenta Pedro Mexia, que refiere Estrabón en el libro catorceno, que Parrasio pintó en la isla de Rodas un Sátiro junto a una coluna y encima della una perdiz, la cual hacía tanta ventaja a todo lo demás que todo el pueblo dexaba de mirarlo por alabar la perdiz y, trayendo otras vivas, reclamaban y cantaban a la pintada; lo cual no pudiendo sufrir el artífice, pidió licencia para raerla, porque deshacía la otra pintura, con ser tan excelente. Y porque non falte exemplo moderno, el Racionero Pablo de Céspedes pintó un famoso cuadro de la Cena de Cristo Nuestro Señor que yo he visto en la Iglesia mayor de Cordoba y, teniendola en su casa, los que la venían a ver celebran mucho un vaso que estaba pintado en ella, sin atender a la valentía de lo demás y, viendo que se les iban los ojos a todos a aquel juguete, enfurecido, daba voces a su criado: “Andrés, bórrame luego este jarro e quítamelo de aquí”. ¿ Es posible que no se repare en tantas cabezas y manos en que he puesto todo mi estudio y cuidado y se vayan todos a esta impertinencia?”

Dans :Zeuxis et Parrhasios : les raisins et le rideau(Lien)

(I, 12), t. I, p. 250-252

Como lo dió a entender Rafael Urbino escribiendo al Conde Baltasar Castellón, que le encareció mucho la hermosura de la Galatea que había pintado a fresco; diciendo desta manera: Ma essendo carestia, e de buoni giudicii, e di belle donne, io mi servo di certa idea, che mi viene nella mente; se questa ha in se alcuna eccellenza d’arte, io non so, ben me affatico di haberla. Quiere decir: “Mas careciendo de buen juicio y de hermosas mujeres, yo me sirvo de cierta idea que se me ofrece a la imaginación; si ésta alguna excelencia en la arte, no lo sé, pero bien me fatigo por alcanzarla.” De manera, que la perfeción consiste en pasar de las ideas a lo natural, y de lo natural a las ideas; buscando siempre lo mejor y mas seguro y perfeto. Así lo hacía tambien su maestro del mismo Rafael, Leonardo de Vinci, varón de sutilísimo ingenio, atendiendo a seguir los antiguos; el cual, primero que se pusiese a inventar cualquier historia, investigaba todos los efetos propios y naturales de cualquier figura, conforme a su idea; y hacía luego diversos rasguños; despues se iba donde sabía que se juntaban personas de la suerte que las había de pintar, y observaba el modo de sus semblantes y vestidos y movimientos del cuerpo; y hallando cosa que le agradase, conforme a su intento, lo debuxaba en el librete, que siempre llevaba consigo (verémos adelante sus palabras conforme a su intento) y, destra manera, acababa sus obras, maravillosamente. Esto es, finalmente, lo que conviene hacer en este último grado, con el exemplo del antiguo Zeusis, que para la bellísima Elena que se le ofreció pintar al pueblo de Agrigento, eligió cinco hermosas doncellas, y de cada una de ellas fué escogiendo lo más perfeto para hacer una figura igualmente acabadísima, aventajando la arte a la mesma naturaleza: pues juntó en un sujeto la hermosura que apenas se hallaba en munchos. Galanamente pintó este caso (aunque atribuido a Protógenes) D. Melchior del Alcázar, florido ingenio sevillano, que murió en la corte de treinta y siete años, el de 1625, en estas coplas castellanas:

Intentó con osadía,

Protógenes, los pinceles

vencer, y l’arte de Apéles

y su ufana valentia.

Para lo cual, sabiamente,

de la Grecia las más bellas

y a puestas cinco doncellas

buscó y halló diligente.

Del ornato las despoja,

y, libres de compostura,

sin dexarles ni una hoja.

Contemplaba su belleza

y admiraba cada parte

atendiendo siempre a l’arte

nunca a la naturaleza.

La gracia y color sacó

desta, y la parte más bella

y artificiosa de aquélla;

y una imágen acabó

ta, que a Vénus, que el hermoso

velo estrellado oscurece,

por trasunto se la ofrece,

de Apéles vitorioso.

Pero si atrevido osara

hoy la luz de mi cuidado

retratar, de ella abrasado,

tabla y pincel arrojara

y de sus rayos rendido,

ufano de padecer,

no cuidara de vencer,

cuidara de ser vencido.

Dans :Zeuxis, Hélène et les cinq vierges de Crotone(Lien)

(I, 7), p. 411

Acabada la proporción de la mujer no será fuera de propósito, enseñar el modo que ha de tener el pintor cristiano en la imitación del natural, si se le ofrece alguna figura de mujer desnuda; pues lo prometimos, rifiriendo que Zeuxis sacó de cinco doncellas la figura famosa de Elena.

Dans :Zeuxis, Hélène et les cinq vierges de Crotone(Lien)